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Encontré información muy clarificadora sobre los "CICLOS ECONÓMICOS" y como influyen en las economías de los países y a sus habitantes. Si te interesa, puedes ampliar esta información, sumándola a las lecturas de la cátedra y la clase teórica virtual. Nunca está demás darle una leida a algunos conceptos.
Concepto de Ciclo Económico
La definición clásica de ciclo se debe a Burns y
Mitchell (1946): “Los
ciclos económicos son una forma de fluctuación que se encuentra en la actividad
agregada de las naciones que organizan su trabajo principalmente en empresas:
un ciclo consiste en expansiones que ocurren al mismo tiempo en múltiples
actividades económicas, seguidas de recesiones de igual modo generales,
contracciones y recuperaciones que se funden con la fase expansiva del ciclo
siguiente.”
Vale decir que los ciclos representan fluctuaciones en
la economía y su característica es que variables clave como el producto
agregado, los productos sectoriales, las utilidades de las empresas, los
agregados monetarios, la velocidad del dinero, las tasas de interés de corto
plazo y el nivel de precios tienden a comportarse conjuntamente de un modo
sistemático.
Llamamos, entonces, ciclo
económico a los ascensos y descensos de la actividad económica; esto se aprecia
o se observa, por ejemplo, en el producto interno bruto (PIB).
·
El momento de la expansión máxima de la producción
durante un ciclo se denomina cima, cresta o peak,
·
con el cual se
inicia un período de recesión (que si es muy profunda se denomina depresión),
·
el punto más bajo
se conoce como valle o sima,
·
luego del cual se
desarrolla la etapa de auge, expansión o crecimiento.
·
Un ciclo
económico completo se extiende desde un valle al siguiente pasando a través de
una cima.
La trayectoria de la variable económica (PIB) posee
una tendencia que es el resultado de los factores que determinan el crecimiento
de largo plazo de la economía, se supone que las variables que determinan el
ciclo poseen escaso efecto sobre esta tendencia, así el ciclo representa las
desviaciones transitorias alrededor de una tendencia dada. En la figura se
representa gráficamente el patrón del ciclo económico, identificando la cima,
el valle y la tendencia subyacente del producto.
Fases del Ciclo Económico
Si bien las fluctuaciones económicas difieren de un
país al otro, tanto en su regularidad como en su magnitud y en sus causas; por
ejemplo los países pequeños, fuertemente expuestos al comercio internacional,
muestran características distintas con respecto a los países de gran tamaño,
menos dependientes del intercambio, o también, los países que dependen de la
exportación de materias primas están sujetos a diferentes tipos de shocks que
los que exportan manufacturas. Y, además, el ciclo económico no siempre se
produce de una forma tan clara y regular incluso en un determinado país. Es
posible identificar y anticipar sus fases.
Usualmente, en la literatura se citan cuatro fases de
un ciclo económico:
Auge: la
producción y el ingreso aumentan. Disminuye el nivel de desempleo y aumentan
los salarios y beneficios. Aumenta la inversión. También aumenta la confianza
del consumidor y el optimismo en general.
Recesión:
El aumento en el uso de los recursos (trabajo, capital, recursos naturales,
commodities, etc.) que se produce durante el auge, generalmente produce un
aumento en los niveles de precios. Asimismo, suelen producirse burbujas
especulativas en mercados de capitales o inmobiliarios. Puede llegar un momento
en que las tasas de crecimiento del producto disminuya, por ejemplo debido a la
saturación de la demanda para los precios que aumentaron, lo que ocasiona un
cambio en las expectativas generalmente traen aparejados una disminución en las
tasas de crecimiento e inversión.
Depresión:
luego de un período de estancamiento, puede suceder que se pase a una caída en
los niveles de producción, inversión e ingreso. Durante una recesión, al
disminuir la inversión y la tasa de crecimiento del producto, puede suceder que
ciertos sectores se vean muy perjudicados. Esto puede estar acompañado por la
caída de la tasa de interés y de los valores de activos financieros. Luego de
un período de tiempo, debido a los encadenamientos existentes entre los
distintos sectores (vía demanda, liquidez, etc.), los problemas se trasladan a
otros sectores, ocasionando una caída general de la demanda y el ingreso, a
este período se lo denomina depresión. Durante la depresión las expectativas
son claramente negativas, y los valores de activos financieros pueden caer
bruscamente.
Recuperación: llega un punto en que la caída de precios, inversión, ingreso se
frena. En este momento, varios factores pueden desencadenar un cambio de
expectativas: políticas públicas, recuperación del mercado de valores,
oportunidades de inversión en sectores cuyos precios cayeron durante la
recesión, etc. Durante la recuperación, la inversión comienza a aparecer
nuevamente y así la demanda de trabajo y factores, pero la capacidad ociosa
existente permite lograr que la producción se recupere sin que aumenten los precios
y salarios. Si este proceso de aumento de la inversión y nivel de precios
continúa, llega un momento en que los recursos comienzan a ser escasos
nuevamente y los precios comienzan a aumentar, por lo que entramos a la fase de
auge.
Tipología de los ciclos económicos
En la generación de ciclos económicos, durante el paso del
corto al largo plazo se pueden distinguir dos tipos de ciclos económicos
generales: los llamados ciclos de stock, cortos o pequeños debidos a
Kitchin(1923), con una duración promedio de 3 años, los cuales no
necesariamente registran una crisis en el descenso; y los ciclos de inversión,
de negocios o medios debidos a Juglar(1889), con una duración media de 7 años,
distinguiéndose por la presencia tanto de auges como de crisis cíclicas.
Cuando se analiza el crecimiento de la producción en el largo
plazo la demanda agregada, se cree, no interviene y sólo son las fluctuaciones
de la oferta agregada las que provocan dicho crecimiento. Pero ésta, al igual
que en el corto plazo, no tiende a crecer de manera uniforme sino oscilatoria,
formando lo que se conoce como ciclos de onda larga, en este sentido pueden
detectarse dos tipos de oscilaciones: los denominados ciclos de la construcción
descubiertos por Kuznets (1930) cuya duración es de alrededor de 25 años y por
otra parte los ciclos de Kondratieff(1935), de un duración entre 50 y 60 años
en los cuales se observa que durante la expansión los ascensos son prolongados
y más fuertes, las crisis son suaves y las recesiones cortas; durante la
depresión los ascensos son débiles y cortos, las crisis muy fuertes y las recesiones
prolongadas hasta alcanzar el grado de depresiones económicas generales.
Las teorías de los ciclos predominantes en la actualidad
La explicación de los ciclos hoy es uno de los principales
objetivos de la macroeconomía y su investigación es un área muy controvertida.
Hay varias explicaciones diferentes: el paradigma keynesiano en sus múltiples
variantes, el paradigma neo-clásico y el monetarista, para citar sólo las
escuelas de pensamiento más influyentes en este sentido.
Siguiendo un enfoque de impulso-propagación, es posible
observar los ciclos como resultados de perturbaciones aleatorias (impulsos) que
impactan en el sistema económico y desencadenan un patrón cíclico. Los ciclos
son recurrentes porque llegan nuevos impulsos que perturban el equilibrio de la
economía. Cada uno de estos impulsos se propaga en una forma que depende de la
estructura subyacente del sistema económico. Los mecanismos que propagan las
fluctuaciones cíclicas luego del impulso inicial son materia de discusión.
Los impulsos o shocks que producen fluctuaciones económicas
podemos distinguirlos en tres categorías: Los shocks de oferta que impactan
directamente del lado de la producción como los avances en el conocimiento
tecnológico, los cambios climáticos, los desastres naturales, los
descubrimientos de los recursos naturales o las variaciones en los precios
internacionales de las materias primas. Los shocks de política que son
consecuencia de decisiones tomadas por las autoridades económicas e influyen
directamente del lado de la demanda agregada como las variaciones en la
política monetaria, la fiscal y la cambiaria bajo un régimen de cambio fijo o
de flotación controlada. Los shocks de demanda privada como los movimientos en
la inversión o el consumo del sector privado que pueden provocarse por cambios
en las expectativas sobre la marcha de la economía.
Paradigma keynesiano
En la visión de Keynes, la inversión privada es la fuente
principal de impulsos que desencadenan fluctuaciones económicas; las decisiones
de inversión dependen de las expectativas sobre la rentabilidad futura, las
cuales tienden a ser inestables. Su hipótesis fue que las fluctuaciones en la
inversión, provocada por cambios en los “animals spirits”, conducían a
desplazamientos en la demanda agregada y, a través de ella, en el producto
agregado. Detrás de este enfoque subyace el supuesto de rigidez del salario
nominal, de modo que las fluctuaciones en la demanda agregada se muestran como
fluctuaciones en el producto, no simplemente como cambios en el nivel de precios.
El problema es que el conocido multiplicador keynesiano
explica el proceso por el cual el producto crece ante una expansión en la
inversión, pero este multiplicador es suave y no provoca ciclos. Debe haber
entonces un mecanismo de propagación que explique las fluctuaciones cíclicas;
aquí aparece el principio del acelerador que es una teoría explicativa de los
cambios de la inversión, sostiene que el nivel de ésta depende del ritmo de
crecimiento de la producción. Cuando la producción esta creciendo, la inversión
neta será positiva, mientras que será nula cuando la producción se mantiene
estable a un determinado nivel, aún cuando éste sea elevado. Este principio es
un factor desencadenante de la inestabilidad económica, ya que cambios en el
nivel de producción se magnifican en cambios mas acusados de la inversión.
Según los nuevos keynesianos, el ciclo económico tiene su
origen en la existencia de fallos de mercado concretados en fricciones
nominales en la demanda o en rigideces reales en los precios. No obstante
reconocen que oscilaciones en la oferta monetaria provocan fluctuaciones y
generan ciclos, de forma que el dinero no es neutral.
Paradigma monetarista.
En amplios círculos profesionales se juzga que en Estados
Unidos muchas recesiones han sido causadas deliberadamente por la Reserva
Federal al practicar una política monetaria contractiva hasta el punto de crear
una recesión con el fin de reducir la inflación. Friedman y Schwartz (1963)
mostraron que los principales ciclos en el producto estadounidense venían
precedidos con frecuencia por cambios importantes en la base monetaria.
Según la escuela de los ciclos monetarios, si existe
información asimétrica las oscilaciones de la oferta monetaria ocasionaran
fluctuaciones en el output. La base para este resultado es que los agentes
económicos son engañados por la expansión monetaria ya que no disponen de
información completa. Los productores piensan que el incremento de los precios
se aplica sólo a sus propios productos, lo cual implicaría simplemente un
cambio en precios relativos y no en el nivel general de precios. Los
trabajadores están dispuestos a ofrecer más trabajo porque perciben
equivocadamente que el aumento en salarios nominales se trata de un incremento
en los salarios reales. Con información completa los trabajadores no ofrecerían
más trabajo y las empresas no aumentarían su producción.
Paradigma neo-clásico
Para los nuevos clásicos no es necesario suponer rigideces de
precios o salarios para generar los ciclos. Los ciclos son fenómenos de
equilibrio que se pueden presentar en mercados competitivos con precios y
salarios flexibles. Desde una óptica keynesiana los ciclos se deben
prioritariamente a alteraciones en la demanda agregada. Para los clásicos, sin
embargo, el énfasis hay que ponerlo en la oferta agregada y en cualquier caso
siempre será el fruto de un comportamiento racional.
Robert Lucas (1973) argumenta que los cambios anticipados en
la oferta monetaria no deben tener efecto alguno sobre el producto, sino sólo
sobre los precios, suponiendo que todos los agentes entienden el funcionamiento
de la economía y tienen expectativas racionales. Sólo los cambios no
anticipados o sorpresivos en la política monetaria pueden impactar sobre el
producto.
La llamada teoría de los ciclos económicos reales es
resultado de la implicación teórica del enfoque de las expectativas racionales
y de la concepción empírica de que las perturbaciones de la demanda agregada no
son una fuente importante de fluctuaciones. Esta teoría parte de la idea de que
el cambio tecnológico es el tipo de perturbación económica más importante
detrás de las fluctuaciones en la economía basándose en las ideas de Joseph
Schumpeter. Estos shocks tecnológicos se propagan en mercados perfectamente
competitivos y se rechaza explícitamente la idea de que la fuente de las
fluctuaciones económicas pueda encontrarse en shocks de demanda o de política.
Algunos modelos de ciclo económico real permiten
perturbaciones de distinta naturaleza a los shocks tecnológicos, como los
desplazamientos del gasto fiscal, pero la propagación sobre el producto depende
de los desplazamientos intertemporales en la oferta laboral más que de los
cambios en la demanda agregada como en los modelos keynesianos. En este sentido
el enfoque falla en la evidencia.
Un supuesto crucial es que la tecnología puede avanzar o
retroceder, estos últimos producen las recesiones, pero la noción de un
retroceso tecnológico parece rara. Es verdad que existen shocks negativos de
oferta (mal tiempo, desastres naturales, cambios en términos de intercambio)
pero cuesta creer que ello sea la causa de las recesiones en un país. Además
esta teoría tiende a ignorar la evidencia de que los cambios en el nivel
nominal del dinero parecen haber jugado un papel importante en la activación
económica de varios países.
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